domingo, noviembre 20, 2011

Crónica Baladí.

Easter Bunny (Conejo de Pascua)
por The Library of Virginia.

Querido Diario:

Hoy, por fin, encontré a mi conejo azul, invertebrado, tal como lo quería y con sus orejillas de aguijón, bello, muy bello sin duda… Es lo mejor, es lo más tierno y lindo del mundo. Estoy segura que como él no hay dos.

Aunque si tuviera que encontrarle un defecto… mmmm… no sé, tal vez diría que es demasiado fumador, le mete a todo, a la pipa, al puro, al cigarrillo y al porro… ¡Ay que conejo tan fumanchú! ¡Además si lo pienso bien! Pues no es tan azul como lo quería, es más bien un azul de pastiche, despostillado, “aqua” diría yo y pues el azul que va conmigo es más bien el celeste, por mis ojos y además porque tengo unas calcetas azules que ¡Uf! nunca me podré poner con él porque… bueno irían mejor con mi conejo si fuera del azul que precisaba yo. ¡Qué tristeza! Pero… supongo… que debo convencerme a mi misma de que es un conejo fenomenal pues de lo contrario ¿dónde diablos queda mi determinación?

Además ni está tan cool, me acabo de dar cuenta de que odia a Zeppelin y eso sí que no, que voy yo a hacer con un conejo imbécil que no aguanta psicodelia cuando a mi me da por escuchar, sobre todo en mis días de autodestrucción, a bocina rabiosa, mil veces cada disco de Zeppelin hasta que se me obtura el oído con el inflamado fragor de sus notas o se me constipe el corazón.

Pero… pues… admito que fornica muy rico… además en mi locura sexual me gusta halar de sus orejitas mientras el berrea y rebota su vientrecillo pelusito contra mi abdomen de mármol sensiblón. ¡Vaya las acometidas, ha cometidas, a co’ metidas con que me aborda desde el sótano hasta el ático! Sí, por sexo no paro, no paramos, no señor… ¡Sabe fornicar como lo manda el señor!.... Pero… sin afán de ser quisquillosa… creo que para mi gusto es un poco exagerado, grita como un res bruñida en sangre en el mero rastro de Saint Job, además maldice demasiado para mi buen gusto, claro, yo no niego que de vez en vez una que otra suciedad o majadería pues incendia aún más el asunto, pero eso de pasársela gritando –“¡Eres mi puta…. toma perra… te voy a violar ramera… eres mierda… me recuerdas a Bush… me excita tu culo de Bush… oh si.. oh no… que rico me la m%&(·#s hija de tu ¡·#%$%” Pues como que si es un poquitín de preocuparse, además, es una fregadera con todas sus letras que los viernes trece le dé por ser eyaculador precoz, eso si te jode las bolas… ¿o no?

Además sus orejitas aguijoneadas, pues… no son del todo encantadoras, más bien parecen pitones, y yo no soy sangrona, pero, pues si da mucha vergüenza andarse paseando por todos lares con tremenda cornamenta, porque ni parecen orejillas lindas y tiernas sino más bien dos cuernos horripilantes, y no importa cuánto le diga con todo el cariñó del mundo: -“conejito azul, amor de pan suavecito, dulcecito taruguito de tamarindo, péinate tus mogotitos, mi amor” el sólo vocifera espumosamente “¡Chale! ¡Quiéreme como soy! ¿no?”

Aunque ya pensándolo bien aquello de las orejas-cuernos se nota harto sospechoso si lo pones juntito a su larga cola puntiaguda y a su pata de cabra, ¡Oh por dios, cavilándolo así hasta se parece a…!

Además es tosco, le apestan las patas, se está quedando calvo, es aburrido, como que tiene un ligerillo –que ligerillo digo ¿eh?- vestigio de retraso mental en la mirada, babea como can todas las almohadas, no le gusta la coca y yo… ¡¡pff!! ¡pff! Patino por ella.

Creo que mi conejudo horrible es el remedo más esperpentoso, la más fallida creatura, el aborto mas accidentado y desafortunado de la creación, y yo pues no sé si estoy segura de ir con él de vacaciones Moon Bastard Garden Saloon, a final de cuentas, ya siendo súper sincera, nunca me han gustado los conejos azules, eso sólo ha sido un espejismo social, una fachada, lo seguro y lo correcto, lo que siempre yo he querido es un Camaleón Rampante como el que tiene la perra de mi vecina Lulú… están tan de moda ¡Oh por dios!

Claudio Phoenicoperus.

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