Por Madeja
Lazos.
Con
fotografías de Jonay.
LA BELLEZA ENTRA POR LOS OJOS
La belleza entra por los ojos. Los
enemigos del espejo no son más amigos de los charcos; bonitos y feos son
distraídos y van dejando de ver lo que de bello se les puede presentar; a la
larga, cuando se hacen viejos, dicen, el tiempo no perdona, la belleza es
pasajera pues la piel se arruga, la cabeza se llena de canas, y el cuerpo se
deforma. Sin embargo, hay ancianos bonitos que conservan un brillo especial en
la mirada, algo que les suaviza las facciones, que hace esquicito el hueco de
su boca sin dientes. Están llenos de belleza; no por su línea genética, su
raza, ni la forma en que los trató la vida; sino por su manera de ver al mundo.
El optimista ve el vaso medio lleno y el pesimista lo ve medio vacío; no
importa, estos viejos vieron el vaso a la
mitad, se les antojó y se lo tomaron, sostuvieron el agua en su lengua, la
sintieron bajar.
Es muy aventurado exponer una teoría
semejante, lo sé, tal vez sea solo un capricho, una justificación… pero es muy
válido hacer el intento. Un día detenerse y ver el cielo, el pequeño brote que
está saliendo en la banqueta, la hormiga; entonces quizá nuestra nariz chueca
sirva para oler una rosa y ese cuerpo fofo que parece tan sin chiste pueda
tirarse en el pasto y sentir la brisa, las hojas que caen. Entonces, sin
necesidad de cirugías ni afeites, quizá seamos más bellos; como el agua, como
el roble, como el viento.
1 comentario:
Qué buenas fotos, la lectura está buena pero le falta profundidad, como que no te comprometes mucho con el tema.
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